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Si tomas esta vida simplemente como lo que pretenden los viejos religiosos (me refiero a los efebos, idos a menos en una sequía, meras hieles humanas picadas una vez por el diablo), entonces toda tu alegría y serenidad se reducen a sonreír y soportarlo. El hecho es que tienes que cargarte el mundo a los hombros como Atlas, y "aguantarlo". Lo harás por una idea, y tu éxito será proporcional a tu devoción por las ideas. Puede que de vez en cuando te duela la espalda, pero tendrás la satisfacción de colgarla o girarla a tu antojo.