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Así es siempre la búsqueda del conocimiento. Los frutos celestiales, las manzanas de oro de las Hespérides, están siempre custodiados por un dragón de cien cabezas que nunca duerme, de modo que arrancarlos es una labor hercúlea.
Así es siempre la búsqueda del conocimiento. Los frutos celestiales, las manzanas de oro de las Hespérides, están siempre custodiados por un dragón de cien cabezas que nunca duerme, de modo que arrancarlos es una labor hercúlea.