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No conozco nada que la vida pueda ofrecer tan satisfactorio como el profundo buen entendimiento que puede subsistir, después de muchos intercambios de buenos oficios, entre dos hombres virtuosos, cada uno de los cuales está seguro de sí mismo y seguro de su amigo. Es una felicidad que pospone todas las demás gratificaciones y abarata la política, el comercio y las iglesias.