Autores:
  • Los hombres nacen para escribir. El jardinero guarda cada resbalón, cada semilla y cada piedra de melocotón: su vocación es ser un sembrador de plantas. No menos se ocupa el escritor de sus asuntos. Todo lo que contempla o experimenta, viene a él como un modelo, y se sienta para su retrato. Considera una tontería que digan que algunas cosas son indescriptibles. Cree que todo lo que puede pensarse puede escribirse, en primer o en último lugar; y denunciaría al Espíritu Santo, o lo intentaría.

    Ralph Waldo Emerson, Robert Ernest Spiller, Alfred Riggs Ferguson, Wallace E. Williams, Joseph Slater (1987). “The Collected Works of Ralph Waldo Emerson: Representative men: seven lectures”, p.152, Harvard University Press