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Sin embargo, ¡las cosas son conocibles! Son conocibles, porque, siendo de uno, las cosas se corresponden. Hay una escala: y la correspondencia del cielo con la tierra, de la materia con la mente, de la parte con el todo, es nuestra guía. Así como hay una ciencia de las estrellas, llamada astronomía; y una ciencia de las cantidades, llamada matemáticas; una ciencia de las cualidades, llamada química; así también hay una ciencia de las ciencias, -yo la llamo Dialéctica-, que es el Intelecto discriminando lo falso y lo verdadero.