-
Ahora se vive para dar en lugar de para recibir. Cuando te concentras en dar, descubres que, al igual que no puedes recibir sin dar, tampoco puedes dar sin recibir, incluso las cosas más maravillosas, como la salud, la felicidad y la paz interior. Hay una sensación de energía inagotable, nunca se agota, parece tan inagotable como el aire. Pareces estar conectado a la fuente de energía universal.