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Rechazar contextos básicos como los colores de los enlaces, la disposición de las páginas, los sistemas de navegación y la jerarquía visual por "aburridos" o "pedestres" es como reírse del volante de un coche por carecer de imaginación.
Rechazar contextos básicos como los colores de los enlaces, la disposición de las páginas, los sistemas de navegación y la jerarquía visual por "aburridos" o "pedestres" es como reírse del volante de un coche por carecer de imaginación.