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  • Tampoco tiene la ciencia suficiente humanidad, mientras el naturalista pase por alto la maravillosa congruencia que subsiste entre el hombre y el mundo; del cual es señor, no porque sea el habitante más sutil, sino porque es su cabeza y su corazón, y encuentra algo de sí mismo en cada cosa grande y pequeña, en cada estrato montañoso, en cada nueva ley de color, hecho de astronomía o influencia atmosférica que la observación o el análisis ponen al descubierto.

    Ralph Waldo Emerson (1981). “The Portable Emerson: New Edition”, p.57, Penguin