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Se está empleando a hombres de letras para alabar personalmente a un gran hombre de negocios, como antes se alababa a un rey. No sólo encuentran razones políticas para los planes comerciales que han hecho durante algún tiempo, sino que también encuentran defensas morales para los conspiradores comerciales... Me molesta que se reviva toda la era del mecenazgo bajo patrocinadores tan absurdos; y que todos los poetas se conviertan en poetas de la corte, bajo reyes que no han prestado juramento.