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  • Las floras del desierto nos avergüenzan con sus alegres adaptaciones a las limitaciones estacionales. Todo su deber es florecer y fructificar, y lo hacen a duras penas, o con exuberancia tropical, según lo permita la lluvia. ... Uno espera que la tierra pueda engendrar cualidades similares en su descendencia humana, no sólo para "intentarlo", sino para hacerlo.

    Mary Hunter Austin, Marjorie Pryse (1987). "Historias del país de las fronteras perdidas", p.11, Rutgers University Press