-
Las floras del desierto nos avergüenzan con sus alegres adaptaciones a las limitaciones estacionales. Todo su deber es florecer y fructificar, y lo hacen a duras penas, o con exuberancia tropical, según lo permita la lluvia. ... Uno espera que la tierra pueda engendrar cualidades similares en su descendencia humana, no sólo para "intentarlo", sino para hacerlo.