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Tu entrenador de lanzamientos es casi como tu cónyuge. Es alguien a quien acudir cuando quieres quejarte. Lo más importante para mí con Mel (Stottlemyre) es que hemos pasado por muchas cosas juntos. Él ha pasado por todo lo que yo he pasado en el montículo. Fue un Yankee que ganó veinte partidos en New York y un Yankee que no ganó veinte partidos en New York. Para mí, él ha estado allí y eso es lo que hace a un buen entrenador de lanzadores. También es un buen hombre.