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Un hombre que debe poco puede saldarlo en muy poco tiempo y, si es prudente, lo hará; mientras que un hombre que, por una larga negligencia, debe mucho, desespera de poder pagar alguna vez y, por lo tanto, nunca mira sus cuentas en absoluto.
Un hombre que debe poco puede saldarlo en muy poco tiempo y, si es prudente, lo hará; mientras que un hombre que, por una larga negligencia, debe mucho, desespera de poder pagar alguna vez y, por lo tanto, nunca mira sus cuentas en absoluto.