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No hay lengua que halague como la de un enamorado; y sin embargo, en la exageración de sus sentimientos, la adulación le parece un lugar común. ¡Extraña y pródiga exuberancia, que pronto se agota fluyendo!
No hay lengua que halague como la de un enamorado; y sin embargo, en la exageración de sus sentimientos, la adulación le parece un lugar común. ¡Extraña y pródiga exuberancia, que pronto se agota fluyendo!