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El verdadero inconsciente se mueve constantemente hacia adelante, más allá de sus propias leyes o hábitos fijos. No sirve de nada intentar superponer una naturaleza ideal al inconsciente.
El verdadero inconsciente se mueve constantemente hacia adelante, más allá de sus propias leyes o hábitos fijos. No sirve de nada intentar superponer una naturaleza ideal al inconsciente.