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La preocupación, el odio, el miedo -junto con sus vástagos: ansiedad, amargura, impaciencia, avaricia, falta de amabilidad, juicio y condena- atacan al cuerpo a nivel celular. Es imposible tener un cuerpo sano en estas condiciones.
La preocupación, el odio, el miedo -junto con sus vástagos: ansiedad, amargura, impaciencia, avaricia, falta de amabilidad, juicio y condena- atacan al cuerpo a nivel celular. Es imposible tener un cuerpo sano en estas condiciones.