-
El universo nos muestra la vida de Dios, o más bien es en sí mismo la vida de Dios. Contemplamos en él su acción permanente, el escenario sobre el que se ejerce su poder y en el que se reflejan todos sus atributos. Dios no está fuera del universo, como tampoco el universo está fuera de Dios. Dios es el principio, el universo es la consecuencia, pero una consecuencia necesaria, sin la cual el principio sería inerte, infructuoso, imposible de concebir.