Autores:
  • El amor a la admiración conduce al fraude, mucho más que el amor al elogio; pero, por otra parte, este último es mucho más propenso a echar a perder nuestras: buenas acciones por la sustitución de un motivo inferior.

    Francis Bacon, Richard Whately (1858). “Essays: With Annotations by Richard Whately”, p.535