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La idea de ver el mar, de estar cerca de él, de observar sus cambios al amanecer, al atardecer, a la luz de la luna y al mediodía, en calma o quizá en tormenta, llena y satisface mi mente.
La idea de ver el mar, de estar cerca de él, de observar sus cambios al amanecer, al atardecer, a la luz de la luna y al mediodía, en calma o quizá en tormenta, llena y satisface mi mente.