-
No te dejes engañar por los cebos dorados del honor,
ni creas que la ambición es sabia porque es valiente;
Porque aunque nos guste, como a un niño atrevido,
su cuna es la tumba.
No te dejes engañar por los cebos dorados del honor,
ni creas que la ambición es sabia porque es valiente;
Porque aunque nos guste, como a un niño atrevido,
su cuna es la tumba.