Autores:
  • Aunque no podemos VER los ángulos, podemos INFERIRLOS, y ello con gran precisión. Nuestro sentido del tacto, estimulado por la necesidad y desarrollado por un largo entrenamiento, nos permite distinguir los ángulos con mucha más precisión que el sentido de la vista, cuando no nos ayuda una regla o medida de ángulos.

    Edwin A. Abbott (2015). “Flatland”, p.21, Xist Publishing