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La observación nos gratifica de diferentes maneras. En primer lugar, el placer de la novedad; en segundo lugar, el de la admiración o el de la búsqueda de defectos, este último un placer muy animado.
La observación nos gratifica de diferentes maneras. En primer lugar, el placer de la novedad; en segundo lugar, el de la admiración o el de la búsqueda de defectos, este último un placer muy animado.