-
La oración trae un buen espíritu a nuestros hogares. Porque Dios escucha la oración. El cielo mismo bajaría a nuestros hogares. Y aunque todos los que constituimos el hogar tenemos nuestras imperfecciones y nuestros defectos, nuestro hogar, gracias a la respuesta de Dios a la oración, se convertiría en un pequeño paraíso.