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La naturaleza nunca rima a sus hijos, ni hace dos hombres iguales. Cuando vemos a un gran hombre, nos imaginamos un parecido con algún personaje histórico, y predecimos la secuela de su carácter y fortuna, un resultado que seguramente defraudará. Nadie resolverá jamás el problema de su carácter según nuestros prejuicios, sino a su manera, sin precedentes.