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Todo hombre contempla su condición humana con cierta melancolía. Como un barco encallado es golpeado por las olas, así el hombre, preso en la vida mortal, yace a merced de los acontecimientos venideros.
Todo hombre contempla su condición humana con cierta melancolía. Como un barco encallado es golpeado por las olas, así el hombre, preso en la vida mortal, yace a merced de los acontecimientos venideros.