-
Lo más fácil del mundo es obedecer a Dios cuando nos manda hacer lo que queremos, y confiar en Él cuando el camino es todo sol. La verdadera victoria de la fe es confiar en Dios en la oscuridad y a través de la oscuridad. Estemos seguros de esto, que si la lección y la vara son designadas por Él, y que Su amor omnisapiente ha diseñado el profundo túnel de la prueba en el camino hacia el cielo, Él nunca nos abandonará durante la disciplina. Lo vital para nosotros es no negarlo ni abandonarlo.