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Después de todo, por mucho que un hombre se esfuerce en silenciarla, un alma humana es una posesión horrible, fantasmal e inquietante para un hombre malo. ¿Quién conoce sus límites? ¿Quién conoce todos sus terribles tal vezes, esos estremecimientos y temblores, que no puede vivir más de lo que puede sobrevivir a su propia eternidad?