-
Vivimos en una cultura totalmente hipnotizada por la ilusión del tiempo, en la que el llamado momento presente no se siente más que como una línea infinitesimal entre un pasado causal y un futuro absorbentemente importante. No tenemos presente. Nuestra conciencia está casi completamente preocupada por el recuerdo y la expectativa. No nos damos cuenta de que nunca ha habido, hay ni habrá otra experiencia que la presente. Por lo tanto, no estamos en contacto con la realidad.