En toda la historia conocida de la Humanidad, los avances se han producido principalmente en la tecnología física; en la capacidad de manejar el mundo inanimado que rodea al Hombre. El control de sí mismo y de la sociedad se ha dejado al azar o a los vagos tanteos de sistemas éticos intuitivos basados en la inspiración y la emoción. Como resultado, nunca ha existido una cultura más estable que el cincuenta y cinco por ciento, y sólo como resultado de una gran miseria humana.