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Porque el miedo es una fuente primaria de maldad. Y cuando la pregunta "¿Quién soy yo?" se repite y queda sin respuesta, entonces el miedo y la frustración proyectan una actitud negativa. El alma desconcertada sólo puede responder: "Como no comprendo "Quién soy", sólo sé lo que no soy". El corolario de esta incertidumbre emocional es el esnobismo, la intolerancia y el odio racial. El individuo xenófobo sólo puede rechazar y destruir, como la nación xenófoba hace inevitablemente la guerra.