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  • El agricultor, después de sacrificar a su trabajo el placer, el gusto, la libertad, el pensamiento, el amor, resulta a menudo arruinado, como el comerciante. Todo este trabajo, desde el canto del gallo hasta la luz de las estrellas, durante todos estos años, para acabar en hipotecas y en la bandera del subastador, y yendo de mal en peor. Ya es hora de que se analice el asunto y, con una crítica cernida, se determine quién es el tonto.

    Ralph Waldo Emerson (1866). “The Complete Works of Ralph Waldo Emerson: Comprising His Essays, Lectures, Poems, and Orations”, p.301