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La razón por la que no dejamos que nuestros amigos vean el fondo de nuestro corazón no es tanto la desconfianza hacia ellos como la desconfianza hacia nosotros mismos.
La razón por la que no dejamos que nuestros amigos vean el fondo de nuestro corazón no es tanto la desconfianza hacia ellos como la desconfianza hacia nosotros mismos.