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Las enfermedades del alma tienen sus recaídas, tantas y tan peligrosas como las del cuerpo; y lo que tomamos por una curación perfecta es generalmente o una disminución de la misma enfermedad o el cambio de ésta por otra.
Las enfermedades del alma tienen sus recaídas, tantas y tan peligrosas como las del cuerpo; y lo que tomamos por una curación perfecta es generalmente o una disminución de la misma enfermedad o el cambio de ésta por otra.