-
Me aferro a la fe en el amor divino -que, hace tantos años, durante un breve momento, en un pequeño rincón de la tierra, caminó como un hombre que llevaba el nombre de Jesucristo- como el fundamento
en el que descansa mi felicidad.
Me aferro a la fe en el amor divino -que, hace tantos años, durante un breve momento, en un pequeño rincón de la tierra, caminó como un hombre que llevaba el nombre de Jesucristo- como el fundamento
en el que descansa mi felicidad.