La vida es sucia. La vida es sucia. Es el nacimiento, es el sexo, es el tracto intestinal. Un gran desastre blando e insalubre. Nunca se vuelve más limpio tampoco. Sabes, polvo al polvo, gusanos que entran, gusanos que salen, cierto. Aunque sabemos eso, seguimos caminando, seguimos viviendo la vida. Somos como un montón de niños pequeños. Los niños pequeños, ya sabes, saltamos en este gran estanque de barro y estamos bofetadas en toda la cara, frotando el pelo por toda la espalda y estamos haciendo estos gloriosos, pegajosos, pasteles de barro. Así somos nosotros.