Desde los tiempos más remotos, el agua siempre ha sido reconocida como un bien primario de la humanidad y un recurso natural indispensable. En torno a los grandes ríos del mundo, como el Mississippi, se han desarrollado grandes culturas, mientras que a lo largo de los siglos la prosperidad de innumerables sociedades ha estado ligada a estas vías fluviales. Hoy, sin embargo, los grandes sistemas fluviales de todos los continentes están expuestos a graves amenazas, a menudo como consecuencia de la actividad y las decisiones del hombre.