-
¡Ay de mí! Por lo que he podido leer, por lo que he podido oír en cuentos o en la historia, el curso del verdadero amor nunca fue tranquilo. Pero, o era diferente en la sangre,- O bien dependía de la elección de los amigos,- O, si había una simpatía en la elección, La guerra, la muerte o la enfermedad lo asediaron.