Autores:
  • Pertenezco a un grupo de hombres que vuelan solos. Sólo hay un asiento en la cabina de un avión de combate. No hay espacio para que otro piloto sintonice las radios en caso de mal tiempo o haga las llamadas a los centros de control del tráfico aéreo o ayude con los procedimientos de emergencia o cancele la aproximación final a baja velocidad. No hay nadie más para romper la soledad de un largo vuelo campo a través. No hay nadie más para tomar decisiones.

    Richard Bach (2003). “Flying: The Aviation Trilogy”, p.101, Simon and Schuster