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Los corazones son como velas, que a los ojos hermosos encienden una llama de amor que nunca muere; Y la belleza es una llama, donde los corazones, como polillas, se ofrecen a sí mismos un sacrificio ardiente.
Los corazones son como velas, que a los ojos hermosos encienden una llama de amor que nunca muere; Y la belleza es una llama, donde los corazones, como polillas, se ofrecen a sí mismos un sacrificio ardiente.