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Si te pasas con los guiños, la gente tiene la sensación de estar excluida de algo. Si están en proyecciones y todo el mundo se ríe, y no saben de qué demonios va, de alguna manera te sientes excluido de la fiesta, o como si no estuvieras en el círculo íntimo. Como artista, eso es lo peor que puedes hacerle a un público. Es divertido, pero hay que tener mucho cuidado.