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Cansado de intentar ordenarlas, te relajas un segundo, luego se te cae la cabeza y te incorporas de un tirón, ¿Dónde estás? ¿Qué haces aquí? Oh sí, por supuesto, estás en algún lugar en medio del Atlántico Norte, con olas hambrientas debajo de ti como buitres esperando impacientes el final.