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  • El que sabe nadar no necesita desesperarse por volar; nadar es volar en un fluido más grosero, y volar es nadar en uno más sutil. Sólo debemos proporcionar nuestro poder de resistencia a la diferente densidad de la materia a través de la cual vamos a pasar. Serás necesariamente levantado por el aire si puedes renovar cualquier impulso sobre él más rápido de lo que el aire puede retroceder ante la presión.

    Samuel Johnson (1850). “The history of Rasselas, prince of Abyssinia, a tale”, p.5