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El que sabe nadar no necesita desesperarse por volar; nadar es volar en un fluido más grosero, y volar es nadar en uno más sutil. Sólo debemos proporcionar nuestro poder de resistencia a la diferente densidad de la materia a través de la cual vamos a pasar. Serás necesariamente levantado por el aire si puedes renovar cualquier impulso sobre él más rápido de lo que el aire puede retroceder ante la presión.