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Los seres humanos tienen muchos impulsos buenos y nobles en su interior, y la mayoría de la gente quiere ser buena y hacer más el bien que el mal. Llevamos treinta o treinta y cinco años con armas nucleares y todavía no ha pasado nada. Eso en sí mismo parece un milagro. Si Reagan aprieta el botón o alguien lo aprieta en Rusia o alguien lo aprieta en Costa Rica, pueden poner una gran lápida en el espacio exterior que diga: "Lo intentamos". Porque lo hemos hecho.