-
Cuando yo era pequeña, se suponía que tenías que casarte y, por tanto, no planificabas con antelación. Planificar con antelación es una de las pocas medidas fiables de la clase social, en el sentido de que los ricos planifican para generaciones venideras y los pobres para el sábado por la noche, y según esa medida, las mujeres hemos sido de clase baja. Éramos menos propensas a planificar con antelación porque somos más propensas a pensar que con quién nos casamos y nuestros hijos van a dictar nuestros planes.