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Me gusta controlar mi entorno, porque creo que si tengo mi espacio físico en orden, soy libre para soñar. Así que hay algo de compulsión. Pero el dividendo que obtengo es la libertad de ser totalmente desordenado en mi mundo onírico.
Me gusta controlar mi entorno, porque creo que si tengo mi espacio físico en orden, soy libre para soñar. Así que hay algo de compulsión. Pero el dividendo que obtengo es la libertad de ser totalmente desordenado en mi mundo onírico.