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La forma en que cambian nuestras grandes ciudades es una mierda. Lo bonito de las ciudades era que eran vanguardistas, a veces incluso un poco peligrosas. Artistas, poetas y activistas podían unirse y crear diferentes tipos de escenas. No sólo escenas de moda, sino escenas políticamente activas. Las grandes ciudades están cada vez más orientadas al lujo, a la moda corporativa, a la moda no en un sentido artístico sino corporativo. Para mí, esa belleza vanguardista de las ciudades se ha perdido, vayas donde vayas.