-
No creo que pueda creer realmente en el Juicio Final; difícilmente podría creer en premios y castigos, en el cielo o en el infierno. Como escribí en uno de mis sonetos -parece que siempre estoy plagiando, imitándome a mí mismo o a alguien más- creo que soy bastante indigno del cielo o del infierno, e incluso de la inmortalidad.