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Me encanta recibir cartas de admiradores. A menudo, como escritor, nunca sabes lo que tus lectores piensan de un libro... recibes reseñas críticas y cifras de ventas, pero nada de eso es lo mismo que saber que has hecho que una persona se quede despierta toda la noche leyendo, o que le has ayudado a llorar a gusto, o que realmente has tocado su vida.