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Si quieres encontrar aquello para lo que Dios te puso aquí, hazte tres preguntas. Primera pregunta: ¿Qué te resulta fácil a ti pero más difícil a otras personas? Segunda pregunta: ¿Qué harías durante años y nunca tendrías que cobrar por ello? La tercera, pregúntate: ¿Cómo puedes ser útil?