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Ningún arma ha resuelto jamás un problema moral. Puede imponer una solución, pero no puede garantizar que sea justa. Puedes aniquilar a tus adversarios. Pero si lo haces injustamente, tú mismo puedes ser eliminado.
Ningún arma ha resuelto jamás un problema moral. Puede imponer una solución, pero no puede garantizar que sea justa. Puedes aniquilar a tus adversarios. Pero si lo haces injustamente, tú mismo puedes ser eliminado.