Argumentar que necesitamos cierta tecnología para producir alimentos y combatir el hambre es no tener en cuenta los hechos sobre el terreno. En realidad, lo que necesitamos es exactamente lo contrario de lo que nos proporcionan los OMG. Tenemos que capacitar a los agricultores para que cultiven alimentos por sí mismos y planten y cultiven sus propias semillas y utilicen prácticas para tratar las malas hierbas y la necesidad de fertilidad, no a partir de productos comprados como una semilla o un producto químico, sino a partir de sus propias explotaciones, de sus propios conocimientos y habilidades.